Espera y preparación. Alegría y esperanza. Así recibimos este momento del año en la Fundación Educativa CMT. Un tiempo que nos invita a preparar nuestros corazones para el nacimiento de Jesús.
“…Por el Adviento, propuse a Dios y le consulté sobre mis cosas y con interés sumó las vuestras”.
Francisco Palau, OCD (Ct 75, 1)
Una celebración que nace en el interior
El Adviento es una celebración que empieza en el interior porque nace en nuestros corazones, precisamente allí, donde ocurren las transformaciones que nos llenan de humanidad y hermandad.
Este tiempo es, además, una oportunidad para encender la luz que alumbrará nuestro sentir y nuestro camino, y para compartir en familia gracias a nuestras tradiciones y oraciones.
Por nosotros, por los otros
Si hay un sentimiento que deseamos que palpite intensamente, durante estas semanas de celebración, es el amor. Amar a Dios y amar a nuestro prójimo. Recordar que el amor es acción “amor hecho acción, amor hecho gesto concreto que se hace escuela donde aprender a amar, a su estilo, a su modo”.
Partiendo de ese ejercicio de introspección y atravesados por el amor, podemos reavivar la mirada y reflexionar sobre nuestros valores y nuestras actitudes. Para empatizar y ser solidarios, porque el cariño, la solidaridad y la fraternidad, son auténticos actos de amor.
Cuatro velas, un sentido
Una vela por cada razón:
- Esperanza
- Paz
- Alegría
- Amor
Queremos que la luz de estas cuatro velas ilumine nuestros corazones, nuestros hogares, nuestras escuelas, nuestros lugares de trabajo, nuestros pueblos y nuestras ciudades. Que brille el amor, que abracemos la esperanza, que sonriamos con alegría, que miremos a los ojos desde al amor y que trabajemos, cada día, con intensidad, por conseguir la paz.
Testimonio de esperanza
En el marco de las acciones promovidas por el equipo JPIC (Justicia, Paz e Integridad de la Creación), para este Adviento 2025, visualizamos esta experiencia de voluntariado y compromiso cristiano de Raquel Portolés, directora del Colegio Carmelitas Paterna.
Su testimonio nos ayuda a mantener viva la llamada a la caridad y fraternidad.
Desde el carisma Palautiano, este tipo de acciones y experiencias buscan no sólo ofrecer ayuda material o acompañamiento, sino también construir comunidades esperanzadas que encarnan la justicia, la paz y la dignidad de toda persona.
“Allí, yo, en ese rincón del mundo, encontré algo que no esperaba, una parte de mí que sólo podía nacer al entregarme a los demás”.
Raquel Portolés
Con esta bonita experiencia, desde la Fundación Educativa CMT, os deseamos ¡Feliz Adviento!